Mi plan en el abismo

Mi plan en el abismo

He hablado muchas veces de la misión y del plan que me guía para superar esta etapa de mi vida, sin embargo, nunca lo he hecho de una forma ordenada. Voy a intentarlo en este capítulo.

Antes de entrar en la cárcel, ya notaba yo que necesitaba aplicar un plan en mi vida, que fuera capaz de cambiar ciertas cosas y me llevara a los lugares donde realmente quería llegar. Rodeado por los planes y las estrategias en las que trabajaba para mis clientes (es importante apuntar que, aunque me juzgaron en el 2017, los delitos que me imputaron eran del 2005-2008 y que abandoné la administración voluntariamente en el 2012 para emprender y dedicarme al sector privado íntegramente) y a la vista de que son la única manera de llegar de un lugar al deseado, empecé a tomar conciencia de que yo también necesitaba un plan para mi mismo. No lo puse en marcha porque estaba atrapado en la zona de confort, en ella, lo normal es dejar las cosas como están. Para salir de esa zona, sólo existen dos maneras; reuniendo valor para hacerlo voluntariamente o siendo expulsado de una patada en el culo. La primera requiere conciencia, voluntad y valor, para la segunda solo necesitas un poco de adversidad. Lo que mola, es ser de los que consiguen salir de ese lugar hipnótico de forma voluntaria, despertarse un día y ponerse en marcha, pero ese no fue mi caso, yo fui de los de la patada en el culo.

No quiero hacer de este capítulo un manual teórico y predecible sobre planificación, más bien quiero compartir con vosotros este ejercicio que bien podríamos titular "cómo construir y ejecutar un plan estratégico para sobrevivir al abismo". Voy a hacerlo de manera lo más práctica e ilustrativa posible, para que sea accionable, para no dejar las cosas que os cuento a medias, por si queréis acompañarme en el ejercicio y hacer vuestro propio borrador. Un plan tiene como fin llevarnos del lugar en el que estamos al que queremos llegar, utilizando los recursos que tenemos a nuestra disposición. Es un proceso de creación. Un plan dinámico y flexible en el que hemos de establecer mecanismos de control para ir midiendo el avance y corrigiendo con agilidad si vemos que nos desviamos del objetivo. Aquí tenéis un esquema de las etapas que configuran el mío:

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Nuestro rendimiento y, por tanto, el nivel de consecución de los objetivos que nos propongamos, van a estar condicionados por las variables que he representado en la fórmula que os muestro a continuación. En ella, como podéis ver, la actitud va a exponenciar los resultados. Esta idea nos conecta con la primera parte de este capítulo.

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0. Los principios de un plan.

Vamos a empezar por lo más importante, ¿Con qué actitud afronto el plan? Los planes tienen que tener alma. Y el alma de un plan se construye a base de principios. Los de mi plan en prisión los describí en el capítulo “La buena lucha”. Para mí, los principios son las coordenadas de nuestra brújula vital. Son tan importantes porque condicionan el mapa de decisiones que configuran nuestra vida y la forma de enfocarlo todo. Estos son los principios que ocupan el corazón de este plan, (desarrollados en el tercer capítulo). Lucho cada día para alinear la ejecución de mi plan con ellos.

  • Consistencia

  • Optimismo

  • Afecto

  • Resistencia

  • Autoestima

  • Humildad

  • Indulgencia

  • Coraje

  • Contribución

  • Determinación

Para aterrizar un poco más esta idea llevándola al mundo del marketing,NIKE, por ejemplo, compite por valores como la superación, el esfuerzo o la competitividad, en cambio, NEW BALANCE, una marca aparentemente similar, compite por valores totalmente distintos como el equilibrio o el bienestar.

1. Escenario.

Ya tenemos definida la actitud, lo siguiente es conocer y analizar el escenario donde transcurre nuestro plan. Para analizarlo, vamos a usar el método más utilizado en estrategia, el análisis DAFO. Acrónimo de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Hay todo un océano de literatura en torno a esta metodología, sin embargo, no estoy muy seguro si se ha utilizado alguna vez sobre un plan vital para superar la adversidad como en este caso. Aquí tenéis unas pinceladas del que hice en mi celda al comienzo de esta misión:

*Análisis del escenario donde se desarrolla mi plan. Dónde voy a competir, dónde tengo que desplegar mis recursos. LA CÁRCEL, (borrador/no exahustivo)

Variables Endógenas:

Debilidades: Se refieren a mí. A las características propias que dependen de mí y no del entorno. Podría incidir en ellas.

  • Soy muy despistado y aquí eso podría ser peligroso.

    y muy sentimental para tener a los míos tan lejos.

  • Soy un poco ingenuo.

  • Tengo prejuicios que tengo que domar.

  • A veces me posee el resentimiento.

Fortalezas: Se refieren a mí. A características propias que dependen de mí y no del entorno. Podría incidir en ellas

  • Soy optimista por naturaleza.

  • Tengo experiencia en deportes de resistencia.

  • Tengo Fe.

  • Estoy sano y me siento fuerte.

  • Soy creativo.

  • Soy muy cabezón y tengo fuerza de voluntad.

  • Amo y me siento amado.

  • No tengo miedo.

  • Estoy tranquilo.

  • Me gusta leer y estudiar.

  • Soy extrovertido, me gusta la gente.

Variables exógenas:

Amenazas: Dependen del entorno. Son exógenas y no puedo influir en ellas.

  • Se me escapan trenes todos lo días.

  • Mi carrera profesional se ha detenido.

  • Mi reputación es cuestionada.

  • No puedo ver a los míos, mi familia vive sin mí.

  • Aquí hay gente peligrosa.

  • Aquí hay muchos ladrones de energía.

  • La rutina.

  • La soledad.

  • A mi alrededor hay mucho sufrimiento.

  • La incertidumbre de no saber cuándo obtendré la libertad.

Oportunidades: Dependen del entorno. Son exógenas y no puedo influir en ellas.

  • Tengo tiempo para hacer cosas que me gustan como hacer deporte, leer, estudiar o tocar la guitarra.

  • Aquí hay mucha oscuridad que iluminar y mucho hombro que arrimar.

  • Voy a convivir con personas cuanto menos peculiares.

  • Esta experiencia me va a hacer más resistente.

  • Voy a conocer mis límites.

  • Con tanta soledad voy a conocerme mejor.

  • De tanta carencia se revalorizan las cosas.

  • Desintoxicación severa de gula y excesos.

  • El futuro es alentador.

2. Misión

Vamos con la parte más importante del plan. Se trata de la descripción del principal objetivo.

Una vez que hemos analizado un poco el entorno en el que se va a desenvolver nuestro plan, tenemos que definir con precisión nuestra misión (como cualquier 007 que se preste), es decir, cuál es el lugar al que quiero llegar. Para Ulises era Ítaca, ¿y para ti? Hay que pensar bien el enunciado de la misión, porque es a donde va a apuntar todo el plan. Si nos equivocamos en esto, nada habrá servido. La mía la resumí así:

“Conseguir que esta experiencia me ayude a crecer como ser humano, conseguir minimizar el sufrimiento a mi alrededor, empezando por mi familia, cultivar la libertad en prisión y compartir lo aprendido con los demás”

3. Objetivos

Lo siguiente que necesitamos es dividir esa misión en objetivos estratégicos que nos acerquen a ella. Estos objetivos deben ser SMART, acrónimo en inglés de specific (específico), measurable (medible), attainable (alcanzable), realistic (realista) y time bound (tiempo límite). Por ejemplo, estando en la cárcel, no sería un objetivo SMART hacer la Marathon de Paris este año, porque no sería realista ni alcanzable. Para convertir un objetivo en SMART hay que pasarlo por una lógica. Por ejemplo, un objetivo como “correr más al salir de aquí” pasaría a ser SMART si se definiera así: en el plazo de un año, ser capaz de mantener durante una hora un ritmo medio de 4 min./km. dando vueltas al patio de 130 m. ¿veis la diferencia?

Podemos también definir objetivos en función de su alcance en el tiempo. Un profesor de estrategia que tuve en la carrera, solía decirme que un plan había que llevarlo como el que conduce un coche de noche, combinando oportunamente las luces largas y las luces cortas.

Comparto aquí algunos de mis objetivos a largo plazo (luces largas) en este plan, clasificados en 5 tipologías. Durante este periodo de reclusión conseguir:

Mente:

  • Incorporar a mi repertorio de guitarra al menos 40 canciones.

  • Aprender a tocar Blues, dominar acompañamientos y punteos y aprender a improvisar.

  • No bajar el ritmo de lectura por debajo de 10 libros de media por trimestre

  • Defenderme con el idioma Ruso.

  • Aprender a meditar y practicar a diario.

  • Celebrar todos los aniversarios importantes como si estuviera en libertad.

  • Seguir en contacto con proyectos profesionales desde aquí.

  • Mantenerme actualizado y seguir formándome en marketing digital y estratégico.

  • Componer al menos una canción.

  • Al menos, mantener mi nivel de inglés.

Cuerpo:

  • Correr un Marathon en el segundo permiso penitenciario.

  • Conseguir estar en forma para seguir sumergiéndome en el azul.

  • Conseguir mantenerme fuerte para cuando vuelva a la botavara y al wakeboard.

  • Conseguir una apnea estática de 4 minutos.

Familia, amigos y aliados:

  • Mantener una estrecha relación epistolar con toda mi red de familiares y amigos.

  • Aprovechar el 100% de las oportunidades de comunicación que me ofrece la cárcel.

  • Utilizar cada comunicación con los míos para trasladar optimismo, fortaleza y gratitud.

  • Avivar la llama del amor con mi pareja.

Comunicación:

  • Escribir un blog para compartir mi historia y postear con constancia.

  • Con ayuda de mis aliados, mantener contacto con mi gente y los lectores del blog a través del correo y las redes sociales.

  • Escribir un libro con esta historia y publicarlo el día que termine mi condena.

  • Escribir una novela de ciencia ficción (es posible que a este objetivo le falte la A de alcanzable).

Contribución:

  • Arrimar el hombro.

  • Formar parte de la organización del módulo y ayudar.

  • Compartir lo que sé.

  • Compartir lo que siento.

  • Mojarme.

4. Estrategia.

Las estrategias son los ejes por los que se desliza todo el plan. 8 son las que he definido en el mío. Son líneas maestras que marcan el tipo de actuaciones que elegimos para conseguir avanzar. Son los rumbos que vamos marcando hasta llegar al destino final. Las hay en la guerra, en los negocios, en el amor, en el juego, en el deporte... Un plan sin estrategia es un compendio de ocurrencias. Para que la suma de los esfuerzos que hagamos sea sinérgica, es decir, que se produzca el deseado y alquímico 2+2=5, las actuaciones del plan deben ser coherentes y estar alineadas con las estrategias.

Reconozco que las líneas maestras de este plan tienen un enunciado inusual, no suenan a las estrategias típicas a las que estoy acostumbrado, que si diversificación, que si estrategia defensiva, que si especialización, que si digitalización, que si internacionalización… Pero, ¿qué más da?, cumplen lo más importante, cada objetivo y cada acción están alineados y se sustenta en ellas.

SOÑAR: En ella se encuadran todas las acciones encaminadas a proteger y potenciar los sueños y la imaginación.

HACER: Se trata de una actitud proactiva y constante que vertebra todo el plan. Orientar las ideas a la acción. Sólo si haces cosas, pasan cosas.

NARRAR: En esta estrategia se concentran aquellas acciones encaminadas a tomar el control del relato.

PENSAR (INTROSPECCIÓN): Aquellas actuaciones que apuntan a conseguir un conocimiento más profundo y honesto de mí mismo.

SUFRIR: Cuando tu escenario es radicalmente adverso va a ser crucial interpretar el sufrimiento también como una oportunidad. Esta estrategia condiciona nuestra manera de pensar y de actuar haciendo del sufrimiento un camino irremediable hacia muchos de los objetivos del plan.

DISFRUTAR: Esta estrategia representa en el plan todas aquellas acciones que conforman el frente de resistencia ante la amargura y la carencia. Crea la conciencia y estimula una perspectiva ultrasensible de cualquier tipo de belleza, especialmente la de las pequeñas cosas.

AYUDAR: Esta estrategia compromete tu plan con las personas de tu entorno y con el entorno en sí. Si buscáramos un equivalente en la dimensión empresarial, sería el equivalente a la socorrida Responsabilidad Social Corporativa, pero en una versión más estricta y discreta.

AMAR: Esta es la estrategia más importante porque dota todo el plan de una potencia insuperable. Desplegar esta estrategia se convierte en la principal ventaja competitiva. Es el motor de cada acción, de cada acto, de cada gesto. Es el recurso principal. Este plan se alimenta de amor.

5. Acción.

Ya tenemos en las manos el parte meteorológico actualizado y la hoja de ruta llena de indicaciones y coordenadas. Es el momento de atarse bien las cordoneras y ponerse a caminar. Poseer la habilidad de ejecutar lo que se planifica es la diferencia entre el éxito y el fracaso de cualquier idea. Igual que de la misión emanan una serie de objetivos más concretos, de las estrategias emanan las acciones u operaciones.

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Ilustrativo de algunas de las Operaciones y tareas del plan:

  • Contestar todas las cartas en un plazo máximo de 3 días.

  • Escapar con la imaginación al menos diez minutos todos los días de este encierro.

  • Hablar con mis hijos y mi mujer todos los días.

  • Seguir el método Vipassana para avanzar en la meditación a diario.

  • Correr durante una hora de media al día durante 6 días a la semana.

  • No bajar de 1250 vueltas al patio al mes.

  • Dedicarle al gimnasio, al menos, 45 minutos al día durante 5 días a la semana.

  • Practicar todos los días, al menos, 10 minutos de apnea.

  • Ensayar con la guitarra todos los días 40 minutos y los fines de semana 2h.

  • Leer todos los días al menos 3h.

  • Escribir todos los días.

  • Dedicar tres días a la semana para lecturas técnicas y cases study (relacionadas con mi trabajo).

  • Compartir lo que sé y la energía que siento durante mis clases y durante mis charlas.

  • Leer algo de inglés todos los días.

  • Ver las películas de habla inglesa en V.O.

  • Realizar y difundir a través de las revistas de otras prisiones el manual “Cómo preparar una Media Maratón en el patio de una cárcel''.

  • Mejorar la organización y la atmósfera del módulo en el que me encuentro.

  • Comprometerme con la gente con la que vivo, sin prejuicios.

  • Etc.

6. Control del plan.

Todas las tareas del plan han de situarse en un cronograma, lo más visible posible, de manera que se pueda hacer un seguimiento del cumplimiento. Simplificando mucho, el control es un ejercicio que te obliga a preguntarte con frecuencia ¿cuántas tareas de la lista he tachado hoy?¿Cuántas voy a tachar durante la semana?¿Cuándo voy a hacer las que llevo de retraso?.

Una de las cosas que más me gustan de la planificación estratégica digital, a lo que me he dedicado los últimos años, es que es fácilmente medible. Saber en tiempo real cómo impactan en los resultados las acciones que implementas es un mecanismo que minimiza el coste de los errores y nos permite corregir en un tiempo record. Cuando diseñamos un plan, lo primero que hacemos es construir un panel de control (dashboard), desde el que monitorizar todo la ejecución del plan. En ese panel de control, seleccionamos aquellas variables críticas (key performance indicators) que más nos ayudan a medir el rendimiento.

Imaginemos un hotel que ejecuta un plan que propone unas estrategias de digitalización, internacionalización y desintermediación. En ese caso, construiríamos nuestro panel de control con variables de interés genérico, como el porcentaje de ocupación, el precio medio, la facturación, pero también con variables que nos permitieran medir el avance de las estrategias fijadas, con indicadores como el % de internacionalización, el % de ventas online o el % de venta directa. Es importante contenernos a la hora de elegir el número de medidores y hacerlo de forma muy gráfica, por ejemplo, con luces rojas y verdes que nos vayan indicando lo que va bien y lo que va mal.

Por tanto, simplificando las cosas, encontramos dos elementos claves en el control de nuestro plan:

  • El primero es el “tachado” las tareas de la lista.

  • El segundo es saber en qué medida nos acercan cada una de ellas al objetivo para poder hacer ajustes.

Por ejemplo, en este punto en el que me encuentro de! plan, podría asignar los siguientes porcentajes de cumplimiento y en base a al tiempo que me quede para conseguirlos, situar una luz roja o una luz verde:

  • Incorporar a mi repertorio de guitarra al menos 50 canciones. 60% VERDE

  • Aprender a tocar Blues, dominar acompañamientos y punteos y aprender a improvisar. 30% VERDE

  • No bajar el ritmo de lectura por debajo de 10 libros de media por trimestre 100% VERDE Defenderme con el idioma Ruso. 10% ROJO

  • Aprender a meditar y practicar a diario. 15% ROJO

En cuanto a las tareas, por ejemplo, de las planificadas para la semana pasada podría tachar de la lista:

  • Contestar todas las cartas en un plazo máximo de 3 días.

  • Correr durante una hora de media al día durante 6 días a la semana.

  • No bajar de 1250 vueltas al patio al mes.

  • Dedicarle al gimnasio, al menos, 45 minutos al día durante 5 días a la semana.

  • Ensayar con la guitarra todos los días 40 minutos y los fines de semana 2h.

  • Dedicar tres días a la semana para lecturas técnicas y cases study (relacionadas con mi trabajo).

Tengo que reconocer que estar sometido a una disciplina tan ordenada puede ser asfixiante. Pienso, que igual que esta lógica es la única que puede funcionar en un plan corporativo, si nos referimos a un plan personal, vital, uno ha de ser más flexible y dejar cosas de la lista sin marcar de vez en cuando, desviarse un poco de los objetivos, incluso despistarse y perdonarse a sí mismo por hacerlo.

Uno debe ser capaz de tomarse un respiro, o dos o tres y no olvidar nunca esa idea tan brillante de Lennon cuando decía eso de que “la vida es lo que te pasa mientras estás haciendo planes”.

Goles en la cárcel

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